La mayoría de veces nos aventuramos a emprender por nuestros hijos para poder pasar más tiempo con ellos, cuidarlos, ayudarles en sus estudios y tratar de perdernos lo menos posible de sus vivencias, para guiarlos por el buen camino ese es el deseo de la mayoría de los padres, pero esta historia no trata de cuidar a hijos sino de cuidar y atender a la persona que nos trajo a este mundo y nos cuidó y amo desde pequeños y se sacrificó por nosotros, estoy hablando de nuestros padres, en este caso de una madre.
Doña Glenda Azucena Pérez Alemán era trabajadora doméstica, desde muy joven ha trabajado y ayudado a su madre la señora Berta Julia y por la cual decidió no seguir trabajándole a nadie más y emprender su propio negocio. Mi mama fue quien empezó con todo esta travesía que nos estamos aventurando ya que al tener que salir a trabajar mi hermana Glenda y yo teníamos que andar corriendo para ver con quien se quedaba o quien podía cuidarla día a día y no quedara sola ya que ella es diabética y ya es bastante mayor, obviamente observaba nuestra preocupación y como es una persona muy activa decidió poner manos a la obra y cuando nos contó que encontró un lugar donde podíamos poner una tortillería y así trabajar en lo propio, ella estar con nosotros acompañándonos y así no preocuparnos por quien pasaría con ella día con día me pareció una buena idea y decidí tomar la idea y poner manos a la obra nos cuenta doña Glenda.
Actualmente tenemos tres meses de haber empezado este pequeño negocio en el tenemos tortillas, cuajadas, leche agria, huevos, chicharrones, cabeza de chancho, elotes cosidos, y desde jueves hasta domingos tenemos nacatamales. Actualmente nuestro negocito no está rotulado, pero ya pronto le pondremos nombre y se llamara “Las Gemelas”. Este nombre se lo daremos ya que lo trabajamos con mi hermana y nos parecemos mucho. Gracias a Dios nos está hiendo bien y poco a poco vamos viendo frutos de nuestros esfuerzos y sobre todo muy contentas porque estamos logrando el objetivo principal que es poder estar más pendientes de mi madre y hasta ella está contenta ya que pasamos todas juntas y hasta ella busca en que ayudarnos, aunque sea poco, pero ella se siente productiva y hasta en la salud nos ha ayudado porque las preocupaciones enferman. Estamos ubicadas de la cuarta parada 175 metros sureste por donde eran los teléfonos. Cuando quieran comerse unas tortillitas bien calientitas o unos nacatamales deliciosos venga y visítenos y con gusto le atenderemos y estamos seguras de que volverán por más de nuestros productos. Así apoyaran al pequeño emprendedor de nuestra bella comunidad.