“Es así como se escriben las historias que queremos contar”

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"Es todo un honor estar aqui (Ghandi) "

Es una tarde de domingo bastante caliente. Bajo el techo del Teatro Nacional, varios artistas se preparan para dar un gran espectáculo por segunda ocasión: Sinfonías de Rock SIFAIS.

Horas antes, como a eso de las 12md, se dio el inicio del ensayo final, luego de varios meses de prácticas, presentaciones dentro y fuera del país.

Es interesante ver la gran cantidad de instrumentos que conforman esta orquesta, pero además ver esa inclusión social multivía que tanto explican en la Fundación SIFAIS, un proyecto de adolescentes y jóvenes, unidos por la música y olvidando cualquier aspecto o etiqueta social como clase, edad o lugar en donde viven. Lo que gira sobre esta agrupación en el escenario del teatro es talento, pasión y superación.

Previo al inicio del concierto, como a eso de las 3:00pm todos se encuentran ya afinando detalles. Es posible ver por medio de sus rostros el cansancio y hasta el nerviosismo, pero con entusiasmo a la vez por poder presentarse en este maravilloso lugar un año después.

Antes de ubicarse en sus puestos, algunos se acomodan sus corbatines, las chicas sus colas y vestidos, toman fotos para anunciar por redes sociales que pronto saldrán a dar un gran show, otros prefirieron tomarse un refrigerio. 

Llega la hora de inicio pactada por la organización. El recinto del Teatro Nacional se ve con muy buena asistencia y la Directora de la Fundación SIFAIS, Maris Stella Fernández, brinda un emotivo mensaje de bienvenida: “Es muy gratificante ver como un sueño de una vecina de Carpio ha generado una contagiarte especial virtuosa de transformación y buena voluntad, hoy con cientos de voluntarios y miles de horas de entrega y cariño. Carpio deja de ser un lugar sombrío para convertirse en una verdadera Cueva de luz

¡Ahora sí! Se escuchan esta palabras acompañadas de aplausos por parte del maestro de la orquesta Ernesto Gallardo.

La primeras canciones en sonar fueron “Lágrimas de Sol”, “Molino de Misterio” y “No más”, a cargo del grupo carpiano de rock Balance. Un público muy atento y emocionado con los artistas y con esa melodía que sonó bastante bien.

Vendrían ya la inclusión de artistas nacionales. El primero en salir fue Miguel Solari, quien con su interpretación “Abrigo” la música empezó a invadir el cuerpo de uno, los pies se movían solos, sonrisas marcadas, dando una gran satisfacción de lo que se escuchaba en el teatro.

Posterior a Solari – quien volvería para el cierre – subieron al escenario otros artistas como: Marta Fonseca de Suite Doble, Felipe Pérez de 424, Eduardo Quesada, Eddy Monge, Sebastián Suñol y Julian Garita de Magpie Jay. A la orquesta la acompañó también el colectivo de percusión de La Carpio, Taleko, quienes le pusieron más ritmo y volumen a todas las presentaciones.

Sola. “Se despertó sentada junto al mar, querido ver el sol, queriendo ver su amor…” exacto es de Kadeho. Un clásico del rock principios del años 2000, fue la interpretación más enganchó a todos los asistentes, la corearon a más no poder.

La energía que se vivía en el Nacional era increíble. Un ambiente producido por el talento de La Carpio. Los conciertos continuarían con un rock más pesado, bailable y entretenido a la vez, con las participaciones de Voodoo y el reconocido cuarteto de Gandhi. 

Para mí, como reportera y asistente al evento, es importante mencionar que aunque no soy tan fan de este género y de la música nacional, la conexión fue inevitable.

 “Todo lo bueno tiene un final” “Las cosas más preciosas de la vida no se compran con dinero”. Línea de la canción 1 + 1 de Miguel Solari, que por primera vez la escuché y fue un todo un gusto. Su interpretación fue bastante emotiva, ya que fue el cierre perfecto, en la que subieron al frente todo el equipo de voluntarios, trabajadores y músico de la Sinfonía de Rock Sifais.