Desde octubre del 2022, Jessica ha sido parte integral del ensamble musical, una experiencia que inicialmente desafió su sensación de pertenencia debido a la disparidad en niveles de habilidad con sus compañeros, generando un sentimiento inicial de aislamiento. No obstante, con el transcurrir del tiempo, halló el camino hacia la confianza en sí misma y cultivó relaciones amistosas dentro del grupo. La música, en su poder unificador, trascendió las barreras iniciales, amalgamando sus diferencias individuales en una armoniosa colaboración.
Este trayecto ha sido revelador, ya que no solo ha permitido el crecimiento musical de Jessica, sino que también ha facilitado el desarrollo de un sentido de logro personal. El proceso ha estado marcado por la superación de obstáculos iniciales, llevándola a alcanzar un nivel de destreza que inicialmente parecía inalcanzable. En última instancia, la música no solo ha sido el medio de expresión artística, sino también el vínculo que ha fortalecido lazos entre individuos, propiciando un sentimiento de satisfacción por los logros obtenidos hasta la fecha.