Capítulo 8 de una serie necesaria para aclarar algunos rumores sin fundamento.
Durante la emergencia de octubre, surgió una pregunta que generó inquietud en la comunidad: ¿por qué el salón que esta en SIFAIS, no se utilizó como albergue para las familias afectadas? La respuesta se resume en una palabra clave: protocolo.
En situaciones de emergencia, el impulso natural es ayudar. Sin embargo, existe una estructura oficial que garantiza que esa ayuda llegue de forma segura y ordenada. En estos casos, el Comité de Emergencia de SIFAIS se pone a las órdenes de la Municipalidad de San José, que evalúa los riesgos, inspecciona los lugares y toma las decisiones finales.
Según explicó Óscar Núñez, de la Oficina de Gestión del Riesgo de la Municipalidad, la decisión de no habilitar el salón de SIFAIS como albergue se basó en directrices oficiales que prohíben mezclar a personas refugiadas temporalmente con espacios donde se atiende a niños pequeños.
El salón es un espacio vital para la comunidad: allí, 50 niños y niñas desde los 18 meses de edad, reciben diariamente atención, educación y alimentación. Proteger ese entorno seguro fue parte de la responsabilidad asumida por las autoridades. Este caso deja una lección importante: seguir los protocolos no es burocracia, es protección. Actuar con coordinación y respeto por las reglas permite que la ayuda sea efectiva, rápida y segura para todos.
En palabras de la reflexión final del comité: “Para construir comunidad, no siempre se puede ser líder; a veces toca ser soldado.” La verdadera fuerza de una comunidad se demuestra cuando sus integrantes confían en el orden establecido, incluso cuando no están de acuerdo con todas las decisiones.











